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sábado, 8 de noviembre de 2014

Nuestro muro no ha caido... pero no es eterno


Hasta 1989 existió un muro que dividía el mundo en dos sistemas. Es conocido que tras este muro se daban muchos fenómenos condenables por quienes defendemos la democracia, pero quisiera reflexionar sobre lo que se celebra en estos días: la caída de un sistema político que garantizaba las necesidades básicas de su población, tales como alimentación, salud, vivienda o educación, y que además cubría necesidades más elevadas como el acceso a la cultura. Un sistema político capaz de garantizar un amplio abanico de derechos sociales ¡Y todo ello en medio de una vertiginosa carrera armamentística! 

Y a día de hoy, 20 años después, a las personas que pedimos sanidad, educación, pensiones y trabajo para todos y todas nos llaman utópicos, pero ¿cómo puede ser utópico algo que ya se logró en el pasado? La utopía es algo inalcanzable, pero lo que se derribó junto con aquel muro efectivamente existía. 

Si hay alternativa y la historia lo demuestra. 

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