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domingo, 19 de mayo de 2013

Dieta, hambre y beneficios


La dieta del ser humano en su etapa más primitiva se basaba en comer carne de los animales que cazaban a lo largo del año. Esta dieta la complementaban con frutas que podían recolectar durante el verano. Así comió el homo sapiens durante el 99% de su historia. Gracias a innovaciones culturales y tecnológicas, hemos ido cambiando nuestra forma de alimentarnos. Se domesticaron animales y se cultivaron tierras. Eso logró que los lácteos, los cereales y las legumbres se incorporaran a nuestra dieta.

Privatizar beneficios, socializar pérdidas

Durante el siglo XX los cereales empiezan a refinarse debido a que esto permitía a los capitalistas manejar mayores stocks de este producto ya que tarda más en caducarse y puede ser almacenado durante más tiempo, lo que se traducía en mayores beneficios para unos cuantos señores. Si no me equivoco hay una relación entre el uso de derivados de los cereales refinados y problemas como la obesidad y sus consecuencias, altos índices de colesterol y sus consecuencias, diabetes... Son problemas que sufre la población y que son atendidas en nuestra sanidad pública.

¿Qué hacer?

Pensando de un modo global, no estoy seguro de que con el modelo actual de producción centralizada se pueda alimentar a la población de todo el planeta si se deja de utilizar cereales refinados (con el modelo actual se podría dar de comer a todo el mundo pero no se hace ya que menos hambruna se traduciría en menor beneficio para Nestle y sus dueños) No creo que fuera imposible hacerlo en un modelo de producción de alimentos descentralizada o de soberanía alimentaria.

Si vengo al caso concreto del Reino de España y a las estanterías de los supermercados de Tenerife, observo que es más barato consumir productos refinados que integrales. Creo que una buena política sería subir el impuesto directo que grava a los alimentos refinados (harinas, panes, bollería, arroces... no integrales) al tiempo que dejaría exento de impuesto a los integrales ya que al estar en la base de la pirámide de la alimentación lo considero un artículo de primera necesidad (a no ser que la pirámide de la alimentación sea una mentira)

2 comentarios:

  1. Muy bueno el blog, respecto a este post, los alimentos refinados permiten un mejor uso en la alimentación, es decir, con todos los productos totalmente integrales (con cáscara) es muy difícil manipularlos, por eso se refina. El usar productos refinados hace que sean más baratos, el centralizar procesos también los hace más baratos y si nos vamos al extremo en el que se negocia en bolsa acciones sobre el arroz, ahí ya no te sabría decir si es beneficioso o perjudicial. Existe una correlación entre pobreza y obesidad, que se debe al precio de estos productos pero sobre todo a la cultura. Podemos pensar en algo parecido al impuesto del tabaco... aunque a mí la que más me gusta es que la educación física fuera obligatoria en la universidad y a todos los funcionarios, por desvariar un poco ;)

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  2. ¿A qué te refieres con que si el producto es integral es más difícil manipularlo? Yo utilizo harina integral para hacer bizcochones y el proceso me cuesta lo mismo. Tampoco creo que la fabricación de la harina en el molino sea diferente si el grano va acompañado del salvado.

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