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domingo, 10 de octubre de 2010

Reset

Ya hacía bastante que no escribía. No tanto por no tener nada que contar como por no tener acceso a internet. Llega el verano y mi residencia se aleja bastante de los lentos ordenadores de la universidad. Empieza el nuevo curso (y el anterior terminó bien) Ahora retomaré mi actividad donde la deje.

Hace más o menos 10 dias que las trabajadoras fuimos a la Huelga General, contra la reforma laboral, contra el neoliberalismo, por la libertad de los pueblos, por el socialismo... Cada cual por lo que más le motivara, pero en general todas las personas secundaron la huelga para dejar claro que la crisis no la tiene que pagar la clase obrera. Gente cabreada salio a la calle para pedir que la crisis la paguen los capitalistas.

Y claro, el poder dominante no dudo ni un segundo en utilizar toda clase de violencia contra una respuesta organizada por parte de los explotados y excluidos (respuesta que se da ante la situación de continua violencia que mantiene el sistema, pero que ahora se torna más explícita)

El primer tipo de violencia que se utilizó fue la mediática. Todo el rato por la tele, por la radio, por los periódicos no paraban de decir dos o tres consignas que buscaban desmovilizar a los trabajadores haciéndoles pensar que la huelga no servía para nada, que llegaba tarde, etc (Si hubieran usado todo ese espacio en explicar de forma didáctica y objetiva el contenido de la reforma laboral la huelga no habría acabado todavía) Junto a estas consignas, tertulianos del régimen no pararon de sugerir que los sindicatos son organizaciones de otra época, que son violentas, que se mantienen con dinero público y que deberían por lo menos ilegalizarlas. Desde la CEOE y el Gobierno no paraban de decir que se debía respetar el Derecho al Trabajo (derecho que solo parece preocuparles el día de la huelga y por el que no han mostrado preocupación después de un par de años de crisis, y con 5.000.000 de paradas)

Todos estos mensajes prepararon el terreno y dieron pie a que los empresarios se sintieran respaldados por la “opinión pública” y no les temblara la mano en amenazar a sus trabajadoras para que no fueran a la huelga.

Finalmente, el día de la huelga, se desató una fuerte ola de represión policial contra los manifestantes, acabando varios de ellos detenidos (y seguramente torturados, según manda la costumbre en el Reino de España)

P.D: El presidente del Gobierno salió a decir que ni huelgas ni nada, el sigue arrodillado ante la dictadura de los mercados.

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