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viernes, 26 de febrero de 2010

Autonomía universitaria

Siempre creí que la universidad era un sitio al que no podía entrar la policía, que una barrera invisible hacía que estos agentes represivos no pudieran atravesar sus puertas. Pero claro, como muchos otros derechos, que los estudiantes encuentren protección en las solemnes aulas del recinto universitario es una fantasía, y la historia de la Universidad de La Laguna y del Reino de España lo pone de relieve.
El 12 de diciembre de 1977, en las escaleras del Campus Central, la Guardia Civil reprime una concentración estudiantil en apoyo a la huelga general, abriendo fuego contra los estudiantes y acabando con la vida del estudiante Javier Fernandez Quesada. Asesinato político para el que nunca hubo juicio, ni culpable, ni responsable, ni ningún tipo de reconocimiento a sus familiares.

Pero no todos los ataques políticos vienen del exterior del recinto universitario. El aparato de gobierno de la ULL, a través del reglamento disciplinario vigente (un reglamento de corte fascista, aprobado durante el franquismo y nunca derogado), no ha vacilado en utilizarlo para sancionar a los estudiantes que participan en el movimiento estudiantil y que reclaman democratizar la universidad y el resto de la sociedad.

¿Cuándo dejará de campar el dogmatismo y la intolerancia libremente por los campus universitarios?

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